ME LLEGO ESTO DESDE MADRID

El mundo del grabado es indivisible. Una estampa, desde el secreto diálogo de tintas impregnadas, no es solo el acuerdo de formal y de planos compositivos. También es la altura objetiva y subjetiva que pueda entrar en ese espacio de papel; la definición de sus partes en el todo; el juego de transferencias emocionales que logre suscitar. En toda su alegoría tintas y acidos, de buriles y gubias, de pantallas y prensas, el grabado asume siempre su categoría de voz mayor. Voz en que las técnicas mixtas, han logrado asimismo estimular notablemente su campo de acción, tanto como ayer la monocopia suscitará polémicas y hoy la proyección de fotopolímeros, y el arte digital revalida caminos y recursos.
J. M. Taverna Irigoyen